Nuestra respuesta a la oposición y a la burla.

Nehemías 4:1-6.

Esta mañana vemos que Nehemías y los demás han comenzado su noble obra de reparar los muros de la ciudad. Están comprometidos y son sinceros en sus esfuerzos, pero no pasa mucho tiempo antes de que aparezca la oposición. Conocimos por primera vez a Sanbalat y a Tobías en el capítulo 2, y pronto quedó claro que se oponían a la obra que Nehemías y los demás buscaban realizar.

Nehemías 2:10, dice, “Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel”. En el versículo 19, también leemos: “Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey?”

Sanbalat era gobernador de Samaria. Su nombre significa literalmente “fuerza.” A menudo la oposición que enfrentamos al servir al Señor es fuerte y difícil de superar. Ahora, este hombre estaba estrechamente asociado con Tobías, el siervo amonita. Algunos eruditos creen que Tobías pudo haber sido gobernador de Amón, los cuales fueron descendientes de las relaciones incestuosas de Lot. Irónicamente, su nombre significa “Jehová es bueno.” Hay una gran verdad en su nombre, pero también nos recuerda que no todo es lo que parece, pues muchos de los que vienen en el nombre del Señor no tienen Sus caminos en el corazón. Algunos buscan ser vistos como santos y comprometidos con la obra de Dios, pero bajo esa fachada de rectitud, esconden agendas de engaño y rebelión.

Este pasaje revela grandes verdades acerca de nuestra lucha por mantener la justicia y un fundamento piadoso en la sociedad. Muchas de las dificultades que enfrentó Nehemías siguen presentes en nuestros días. Ante eso, hoy vamos a estar considerando el tema: Nuestra respuesta a la oposición y la burla.

INICIA CON EL RECONOCIMIENTO DE ELLAS (4:1-3).

Esto es importante, pues muchos de los que están en Cristo, tienen la idea equivocada de que ser cristiano implica un mundo lleno de paz y armonía. Creen que ser cristianos los librará de conflictos. Y aunque ciertamente el cristiano debe buscar la paz, eso a veces no es posible. Pablo dijo en Romanos 12:18, “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”. Lamentablemente, a veces los hombres no quieren estar en paz con nosotros. E incluso, a veces muchos que se dicen cristianos, tampoco desean lo bueno para nosotros. Por tanto, cada uno de nosotros debe estar consciente de que la oposición y la burla, tarde o temprano se harán presentes.

La oposición puede estar llena de ira (v. 1). Cuando Sanbalat oyó que reconstruían el muro, se encolerizó, se indignó grandemente y se burló de los judíos. No estaba nada contento con los esfuerzos de Nehemías. Su furia lo llevó a menospreciarlos y ridiculizar su obra.

Sanbalat temía que los judíos recuperaran poder e influencia, reduciendo la suya. No quería verlos prosperar en Jerusalén.

Así también, en nuestros días, hay quienes se oponen al Señor, a Su iglesia y a todo lo que se relacione con Dios. Preferirían que la iglesia no existiera, y si existe, que no prospere ni influya en la sociedad. Esto nos enseña que, tarde o temprano, aquel que se levante a favor del Señor hallará oposición y enojo.

La oposición se acompaña de acusaciones (v. 2). En su ira, Sanbalat hizo varias acusaciones contra los judíos:

  1. Los acusó de ser débiles. Los llamó frágiles, miserables, e incapaces. Habían estado 70 años en cautiverio, eran pocos en número y sin poder económico ni militar. A sus ojos eran un grupo sin esperanza. Sin embargo, él ignoraba que la fuerza de ellos no estaba en ellos mismos, sino en el Señor.
  2. Los acusó de ser insensatos. Se burló de sus sacrificios y de su fe en Dios, como si confiar en Él para reconstruir la ciudad fuera absurdo. Así también hoy el mundo ve la fe como una necedad.
  3. Los acusó de ser unos fracasados. Consideró que intentar levantar la ciudad de las ruinas era una causa perdida. Para él, esos judíos eran simples fracasados. Así también muchos hoy ven nuestra vida como un desperdicio.
  4. La oposición supone nuestra derrota (v.3). Tobías añadió: “Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra, lo derribará.” Asumieron que todo sería en vano. Así piensan también los escépticos de hoy, que todo esto es un cuento, que no vale la pena vivir para Cristo. Pero la obra y la voluntad de Dios permanecerán.

NUESTRA RESPUESTA DEBE SER LA ORACIÓN (4:4-5)

A pesar de los ataques, Nehemías no se enfocó en la oposición, sino que buscó al Señor.

  1. Expresó a Dios su angustia (v.4a). “Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio.” Clamó en su aflicción al Señor, sabiendo que Él estaba en control.
  2. Expresó a Dios su deseo (v.4b-5a). Nehemías pidió:
  3. Que ellos cosecharan lo que sembraban, que su afrenta cayera sobre su propia cabeza.
  4. Que fueran restringidos, que Dios los entregara en cautiverio, impidiéndoles obstaculizar la obra.
  5. Que fueran expuestos, que sus pecados y maldades salieran a la luz.
  6. Que recibieran retribución, que su pecado no fuera borrado, dejando que Dios tratara con ellos conforme a sus obras.

Aunque Jesús nos enseña a orar por nuestros enemigos (cf. Mateo 5:44), este clamor de Nehemías refleja la seriedad del ataque. Al final, Dios es quien guarda la justicia.

  1. Expresó su confianza en Dios (v.5b). Nehemías sabía que Dios no estaba agradado con Sanbalat y Tobías. Tenía la certeza de que el Señor respaldaría la obra que les había encomendado.

NUESTRA RESPUESTA DEBE SER LA ACCIÓN (v. 6).

Nehemías y los demás no se dejaron intimidar.

  1. Se comprometieron a cumplir con la obra (v.6a). “Edificamos, pues, el muro.” Conscientes de la oposición, continuaron trabajando.
  2. Dieron avance a la obra (v.6b). “Y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura.” En poco tiempo, a pesar de la oposición, lograron un gran avance.
  3. Obraron con decisión y ánimo (v.6c). “Porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar.” Su corazón estaba en la obra; estaban decididos a terminar lo que habían comenzado.

CONCLUSIÓN.

Este no fue el primer ataque que enfrentó Nehemías, ni sería el último. Pero eligieron perseverar y seguir adelante en la obra. Vencieron la oposición con la ayuda del Señor.

Nosotros también enfrentamos oposición, pero no podemos permitir que eso nos detenga. Hay demasiado en juego. Debemos seguir en la tarea que Dios nos ha dado, confiando en que Él proveerá lo necesario mientras trabajamos juntos.

Respondamos con oración, y con acción, teniendo una actitud correcta mientras cumplimos con la obra del Señor.

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