1 Reyes 18:17-39.
Este pasaje se desarrolla en un momento en que la marea espiritual de Israel se encuentra en un punto extremadamente bajo. La mayoría del pueblo le ha dado la espalda al Señor y se ha ido en pos del dios cananeo Baal. Es en este contexto de apostasía e idolatría que el profeta Elías aparece en escena. Se nos presenta en 1 Reyes 17:1. Cuando aparece, trae un mensaje del Señor. Es un llamado claro al arrepentimiento y a una renovación de la lealtad a Jehová.
En el pasaje que hoy hemos leído, las cosas llegan a un punto crítico. Por un lado, están Acab, Jezabel, los profetas y sacerdotes de Baal y una nación entera, menos 7.000 personas de Dios (cf. 1 Reyes 19:18). Por otro lado, están Elías y Jehová. Las probabilidades pueden parecer a favor del mal, pero Elías está a punto de experimentar la verdad de que uno más Dios es mayoría.
Mientras pasamos unos minutos analizando este gran pasaje, quiero que vean las cumbres espirituales que sobresalen de las nubes de este oscuro entorno. Entre esas nubes se puede ver:
- La gran necesidad desesperada de héroes espirituales que se opongan a la marea de la herejía y la apostasía.
- La necesidad de que el pueblo de Dios evalúe su lealtad al Señor y determine dónde se encuentra realmente cuando se trata de estar del lado del Señor.
- La necesidad de una voluntad por huir del mal que nos rodea y ser un pueblo apartado para la gloria del Señor.
- La necesidad de una voluntad de renovar nuestro compromiso con el Señor y colocarlo por encima de todas las demás actividades, intereses y lealtades.
Con estas verdades claramente expuestas en el texto que tenemos ante nosotros, examinemos más de cerca ese gran día en el que se produjo el enfrentamiento en el Monte Carmelo. Al examinar este pasaje, tomémonos el tiempo para permitir que el Señor hable a nuestro corazón y revele cosas que podrían no ser como deberían ser, ya sea en nuestra vida personal y privada, o en la vida de nuestra congregación. Después de eso, veremos rápidamente que para aquellos que están dispuestos a obedecer al Señor y seguirlo con determinación, existe la gran promesa de Su presencia, poder y ministerio personal en y a través de nuestras vidas. Con todo esto en mente, unámonos a Elías y consideremos el enfrentamiento en el Monte Carmelo.
REPRESENTA UN DILEMA PARA EL PUEBLO DE DIOS (v. 21-24).
Ellos tenían una mente dividida (v. 21). Eran rebeldes. Este versículo nos dice que el pueblo de Israel estaba dividido en lealtades. Por un lado, disfrutaban de su nombre como pueblo de Dios, pero, por otro, amaban el atractivo sensual y carnal de la adoración a Baal. Elías describió su condición como aquellos que “cojean hacia dos lados” (TA). Estaban divididos entre dos ideas y, como resultado, no estaban logrando nada. Esa, mis hermanos, nunca será la manera de llegar a tener un compromiso con Dios
Baal era la deidad principal de los cananeos. Él, junto con su consorte, Astarte, eran adorados a través de prácticas tan abominables como el sacrificio humano y la inmoralidad sexual. En algunos lugares, las mujeres eran obligadas a servir como prostitutas en los bosques.
Este pueblo se había alejado mucho de la nación que había entrado y conquistado Canaán cientos de años atrás. Ahora son una nación políticamente dividida y apóstata.
¿Podemos ser honestos y decir que lo mismo es cierto para muchas iglesias y para muchos cristianos hoy en día? Nos guste admitirlo o no, no son pocas las iglesias de Cristo que están en medio de la apostasía y la rebeldía a la voluntad de Dios. Desde luego, para quienes conocemos bien lo que dice el Nuevo Testamento, tales desviaciones de la fe no nos sorprenden. No es algo bueno, pero es un mal que muchos cristianos han padecido a través de la historia (cf. 2 Tesalonicenses 2:3; 1 Timoteo 4:1-3; 2 Timoteo 3:1-3; 2 Timoteo 4:3-4)
Cuando vemos que las denominaciones y las iglesias de Cristo se enfrentan a problemas como el aborto y la homosexualidad. Cuando vemos que se alejan de la proclamación de la verdad y comienzan a producir errores, como las nuevas traducciones de la Biblia. Cuando vemos que este tipo de cosas comienzan a suceder, ¿no es evidente que vivimos en una era de apostasía? Creo que sí. Algunos, lamentablemente, se niegan a ver la verdad, aunque salte a la vista. La gente puede intentar justificarla citando cierta “lealtad denominacional” o alguna otra excusa débil como la inclusión y la tolerancia, pero ¿debo recordarles que nuestra lealtad es hacia el Señor y solo hacia Él?
Un dilema por el que son amonestados (v. 21). La advertencia de Elías es directa y concisa. Les dice que tienen que tomar una decisión. Elías ve su compromiso como una afrenta a Dios. Les está diciendo que deben elegir de qué lado estarán, porque nadie puede servir a dos señores (cf. Mateo 12:25)
Los cientos de años que han transcurrido desde que Elías se enfrentó a los profetas de Baal en el Carmelo, han dado paso a una gran variedad de cambios significativos. La cultura es muy diferente ahora de lo que era entonces. Las prácticas religiosas han cambiado, y el mundo en su totalidad es absolutamente diferente al mundo en los días de Elías. Sin embargo, una cosa sigue siendo la misma: ¡Dios! Si un hombre va a estar bien con Dios, entonces debe apartarse del mundo. Nadie puede tener ambas cosas. O es Dios o es el mundo. O es Dios o la carne. No puede haber compromiso con el mundo y pretender servir a Dios. “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” (Santiago 4:4).
Necesitamos la misma fortaleza espiritual que Josué mostró cuando hizo su gran declaración en Josué 24:15. ¡O es Dios o es el mundo! ¡Nunca pueden ser ambos!
Pero, ¿cuál fue la respuesta del pueblo? ¡Total silencio! Muchos creen que, si se quedan callados y mantienen un perfil bajo, el asunto simplemente desaparecerá. Si usted está haciendo exactamente eso ante el desafío de vivir dentro de la voluntad de Dios, entonces debo decirle que se está engañando a sí mismo y a cualquiera que decida seguirlo.
Es un dilema desafiado (v. 22-24). Elías describe los términos del desafío y el pueblo acepta.
Me parece interesante que este pueblo haya tenido la audacia de esperar que Dios les demostrara su valía. Después de todo, ninguno de ellos puede negar todas las grandes cosas que Dios ha hecho por ellos y para ellos a lo largo de los años. Sin embargo, y a pesar de que las bendiciones de Dios representan hechos históricos, aun así, están dispuestos a darle a Baal una oportunidad de competir con Dios.
Ante esto, uno pudiera pensar que están haciendo lo correcto al aceptar el desafío de Elías. Pero, aunque no lo es; aun así, Dios está dispuesto a seguir en ello para humillarlos por su imprudencia e infidelidad. Ellos quedarán humillados ante el Dios santo y todopoderoso. Este es el único resultado para quienes buscan maneras de evitar su voluntad para sus vidas.
DEMOSTRARÁ EL PODER DE DIOS (v. 25-38).
Y probará lo inútil de seguir a Baal (v. 25-29). Durante todo el día, los profetas de Baal oraron y clamaron a su dios. Sin embargo, no recibieron ni siquiera una “voz suave y apacible”. Ni un simple murmullo. Elías vio la locura de lo que estaban haciendo y se burló de ellos (v. 27). Esto los llevó al frenesí. Pero, cuando el humo se disipó y el polvo de su actividad se asentó, Baal todavía estaba tan muerto como siempre y ellos permanecieron humillados y derrotados ante el único profeta de Dios.
Esta será la experiencia de cada persona que intente seguir a los dioses falsos de la religión y de este mundo. Todos ellos están muertos y no pueden hacer nada por quienes los buscan y los consultan. Estoy seguro de que muchos de los que están atrapados en esa trampa sienten que tienen razón y creen que los hombres que clamamos por el cambio y la separación del mundo, somos fanáticos y personas dignas de lástima. Sin embargo, les recuerdo que cualquier persona que sienta que tiene el poder de conectar a Dios con la mundanalidad, está condenado al fracaso, sin importar cuán convencido está de su camino. “Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 16:25)
Cuando esto termine y el polvo de esta vida se haya asentado fuera del recuerdo de la eternidad, Dios seguirá siendo Dios y su camino y Su Palabra seguirán siendo correctos y todo lo demás seguirá siendo incorrecto. ¡Es inútil seguir el curso de este mundo! El enfrentamiento en el monte Carmelo demostrará el poder de Dios…
Y se hará evidente la fe del profeta (v. 30-37). Después de que los profetas de Baal habían terminado con sus locuras, Elías dio un paso adelante. Ver lo que hizo es muy interesante. Primero, reparó el altar de Dios (v. 30). Luego, escogió 12 piedras para recordarle a Israel que eran una nación a los ojos de Dios. Luego hizo que se vertieran 12 barriles de agua sobre el sacrificio, la leña y el altar. Hizo esto último para eliminar todas las dudas en cuanto a quién recibiría la gloria, por lo que estaba a punto de suceder. Enseguida, dio un paso adelante y levantó su voz con una oración sencilla de 59 palabras, y el fuego de Dios cayó del cielo y consumió cada parte del sacrificio, el altar, el agua en la zanja e incluso el polvo alrededor. Dios respondió en una espectacular demostración de poder en respuesta a la fe de su siervo.
Mis hermanos, ¡se necesita fe para ser un Elías! Este hombre había afinado su fe en el esfuerzo de la aflicción. Ya había visto a Dios hacer lo milagroso: no hubo lluvia ni rocío por varios años (cf. 1 Reyes 17:1); los cuervos le trajeron comida (cf. 1 Reyes 17:2-7); hubo un suministro infinito de harina y aceite (cf. 1 Reyes 17:8-16), y la resurrección del hijo de la viuda (cf. 1 Reyes 17:17-24). Así que, al estar ante este altar, este hombre sabía que esta pequeña cosa no era nada para el Señor. Estaba dispuesto a arriesgar su vida porque creía que servía al Dios que se mueve en respuesta a las oraciones de su pueblo.
Necesitamos esa misma fe esta mañana si vamos a tomar nuestra posición con el Señor y hacer lo que Él nos guía a hacer. ¡Necesitamos ejercer fe en el Dios del Cielo! Algunos podrían decir: “Bueno, hermanos, si hubiera visto a Dios hacer todas esas cosas, tal vez yo también podría tener esa clase de fe”. Pero, mis hermanos, ¿quién de nosotros se atrevería a pedir un milagro para tener fe? ¿No le es suficiente que Jesús haya muerto en la cruz para el perdón de nuestros pecados, haya sido sepultado y haya resucitado al tercer día conforme a las Escrituras? Ese es el milagro más grande que conozco, y si Él pudo hacer eso, entonces, estar firmes en la verdad y la justicia es un juego de niños. El enfrentamiento en el monte Carmelo demostrará el poder de Dios…
Y exhibirá la fidelidad de Dios (v. 38). Dios respondió al clamor de su siervo y le dio a Elías exactamente lo que le pidió.
Es verdad que hay una gran multitud de liberales que puede atribuir este evento a lo que su imaginación les dicte. Pero, cuando todo está dicho y hecho, la verdad de que Dios honró la fe que lo honró a él, es la única explicación genuina del caso. Elías dio un paso adelante en un escenario oscuro, puso el foco en Dios y dijo: “¡Mi Dios puede!” ¡Dios siempre responde a ese tipo de fe! Jesús dijo: “que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.” (cf. Mateo 17:20)
Todo lo que estoy diciendo es que cuando usted y yo decidamos ejercer fe en Dios y tomemos nuestra posición hacia él, veremos a Dios obrar por nosotros. La razón por la que no vemos la manifestación del poder de Dios en nuestras vidas, se puede atribuir a dos grandes fracasos de parte del pueblo de Dios.
- Muchos no se separan del mundo y de la apostasía que los rodea, y en esas condiciones ¡Dios no puede bendecirlos!
- Muchos se niegan a ejercer fe en Dios, ¡y Dios no responde a la duda!
Quiero que sepan esta mañana que, cuando ustedes como individuos y todos como iglesia, lleguemos al punto donde estemos dispuestos a defender solamente al Señor y estemos dispuestos a ejercitar nuestra fe en Él, entonces Dios jamás nos defraudará. Cuando tomamos nuestra posición por Él, ¡Él tomará su posición con nosotros! Si no me creen, ¡pruébenlo y vean!
PROVOCÓ UNA DECISIÓN CORRECTA EN EL PUEBLO DE DIOS (v. 39).
Tenemos que darles crédito a estas personas. Dijeron que honrarían al Dios, que respondiera con fuego, y cuando lo hizo, ¡entonces cumplieron su palabra! Estas personas tomaron una decisión en el Monte Carmelo.
Fue una decisión basada en la experiencia. Dios había respondido al profeta con fuego en su misma presencia. No se podía negar la realidad de lo que habían visto. Después de este evento glorioso, ya no eran solo algunas historias sobre Dios contadas por ancianos de cabello gris, para ellos era la realidad. Lo habían visto y respondieron a ello.
Mis hermanos, no hay otra manera de conocer a Dios que experimentarlo de una manera personal. Estoy convencido de que esta es la raíz de toda apostasía. Cuando los hombres se encuentran con el Señor, son transformados. Pero, cuando se dedican a alguna forma religiosa, son guiados y motivados por la carne. Tal vez esto explica por qué hay un clamor desde el corazón de cada alma salvada, para ser libre de la esclavitud, de la religión sin Dios, para ser libre de la forma de piedad sin Dios que domina el mundo, y para ser libre de la mundanalidad en todas las formas que toma en el mundo que nos rodea. ¡Encontrarse con Dios nos cambiará para siempre! Me atrevería a decir que ser salvos, nos hace inútiles para lo que está sucediendo en el mundo, aun en el mundo religioso que nos rodea. Experimentar al Señor nos hará diferentes, y el Señor bendecirá la diferencia. La confrontación en el Monte Carmelo provocó una decisión correcta…
Y se postraron ante el poder de Dios. Cuando el pueblo ve al Señor manifestarse de una manera tan milagrosa, caen sobre sus rostros ante él con genuina humildad. Esto señala un deseo de adorar y honrar al Dios verdadero. ¿Y saben qué? Ese es el mayor indicador de cambio. Están señalando a Dios como el único objeto de su adoración.
Cuando llegamos al punto en que estamos dispuestos a separarnos de todos los demás dioses que compiten por nuestra atención y a rendirnos al Dios del Cielo, entonces nos encontraremos atraídos hacia Él en una verdadera adoración de corazón. Nada en este mundo es más precioso que un corazón que está en llamas de amor por el Señor y un corazón que arde con el deseo de ver a Dios glorificado, sea cual sea el costo. ¿Eso nos describe a nosotros? ¿Eso describe a esta iglesia? Esas son preguntas que usted debe buscar responder en este día. La confrontación en el Monte Carmelo provocó una decisión correcta…
Y exaltaron a Dios en alabanzas. El último sonido que oyeron los profetas y sacerdotes de Baal mientras eran llevados a la muerte (v. 40), fue el sonido del pueblo de Dios gritando alabanzas a su Señor. ¡Qué espectáculo y qué sonido deben haber sido aquello!
¡Nada en este mundo es tan liberador como el encontrarte concentrado en Dios y solo en Él! Cuando Él tiene nuestra atención, nuestro afecto y nuestra lealtad, él estará satisfecho y nosotros también lo estaremos. Nada libera más a un santo que saber que está en el camino que a Dios le agrada. Nada puede ser más liberador que cuando no hay obstáculos entre nosotros y Dios. Nada puede ser mejor cuando todo pecado, toda mundanalidad y todas las asociaciones pecaminosas han sido desechadas y dedicarnos totalmente a Dios.
Cuando lleguemos allí, Dios puede y nos bendecirá con alegría de corazón y gozo en el alma. ¡Y eso, mis hermanos, vale cualquier precio que deba pagarse! Recuerde, Jesús vino para hacernos libres (cf. Juan 8:36). Y hasta donde sé, todo lo que él nos ha dicho esta mañana, ha sido verdad, y la verdad nos hace libres.
CONCLUSIÓN.
Mis hermanos, ¿hay áreas de nuestra vida que, si fuésemos honestos, diríamos que son mundanas y aborrecibles para Dios? Si esto es así, entonces no tenemos otra opción que acercarnos hoy al trono de la gracia y alcanzar el perdón de Dios. ¿Somos capaces de ver la apostasía que abunda a nuestro alrededor? Si es así, entonces haremos bien en orar por las iglesias, y rogar por nuestra congregación para que siempre seamos prontos en evitar cualquier apostasía y estar siempre del lado de Dios. Y si usted no es un cristiano, ¿ha entendido que es mejor conocer y vivir del lado de Dios? Él es todopoderoso, y grande en misericordia. Si usted viene a él, él le recibirá y salvará su alma, sin importar cuán profunda y arraigada esté en este mundo. Cualquiera que sea su necesidad, no dude en traerla al mismo Dios que se manifestó en el Monte Carmelo.