Habitando en el campo de la gracia

Iglesia de Cristo en Constituyentes.

Habitando en el campo de la gracia

(Rut 2:21-23). Rut ha estado espigando en el campo de Booz, de donde ha obtenido más grado de lo que esperaba. De hecho, y dado que Rut se ha ganado la atención de Booz, este quiere que ella obtenga el alimento suficiente para ella y para su suegra, de tal manera que nada les falte durante el más tiempo posible. Es evidente que Booz se está enamorando de Rut, y por eso la quiere conocer más y mejor, al punto de invitarle a quedarse en su campo hasta que terminen las cosechas. La verdad es que Booz quiere cuidar a Rut, viendo que ella tenga todo lo que necesita. Quiere ser una bendición para ella.

Les recuerdo que Booz es una imagen del Señor Jesucristo. En estos versículos, vemos un retrato de cómo el Señor trabaja con Su pueblo y cómo Su pueblo debería responderle. Así como Booz, el Señor Jesús posee un gran campo de gracia y Él quiere que permanezcamos en él. Si permanecemos en el campo de su gracia, Él se asegurará de que obtengamos todo lo que necesitamos y mucho más. Permítame señalar las grandes bendiciones que contienen estos versículos, mientras tenemos en mente el tema, “Habitando en el campo de la gracia”.

RUT ES INVITADA A SEGUIR EN EL CAMPO (v. 21)

Fue una invitación personal. El texto dice, “me ha dicho”. Booz está interesado en Rut como individuo. Quiere conocerla mejor. Está preocupado por ella.  De la misma manera, Jesucristo es un Salvador personal. Él está interesado en una relación personal con cada uno de nosotros: “porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13). Él está interesado personalmente en nosotros. Quiere que nuestro caminar con él sea íntimo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden” (Juan 15:5-6)

Fue una invitación precisa. Booz le dijo exactamente lo que tenía que hacer: “Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega”. En otras palabras, Booz le está diciendo que se quede en su campo. No dejó ninguna duda sobre lo que esperaba de Rut.  Así es con Jesús. Él quiere que tengamos una relación íntima y duradera con Él (Juan 15:4; 15:15-16). Jesús no quiere que Su pueblo espigue en Su campo uno día y en otro campo otro día. Él quiere que vivamos una vida que sea consistente. Una que se alimente de nuestra relación con Él. Una que requiera que Él exista. Él quiere que haya una sed en el corazón por Él (Salmo 42:1-2)

Fue una invitación prometedora: Booz le dijo que se quedara, dice el texto, “hasta que hayan acabado toda mi siega”. Booz quería que Rut supiera que estaba invitada a espigar en sus campos hasta que todo estuviera reunido. Esto le prometió que disfrutaría mucho hasta que terminara la cosecha. Mis hermanos, ¡La relación que Jesús quiere tener con Sus hijos no es una a corto plazo! Él quiere que permanezcamos en Su campo hasta que toda Su cosecha haya terminado. Por eso nos ha prometido que nunca nos dejará (Hebreos 13:5). Por eso nos ha prometido que nunca nos desechará (Juan 6:37). Aquellos que entran en este tipo de relación con el Señor Jesús se encuentran en un campo fértil de gracia, donde está su presencia y Sus bendiciones son ricas y reales. Sus bendiciones no tienen por qué ser impredecibles, ¡pero pueden ser tan constantes como la noche y el día!

RUT ES INSTRUIDA POR NOEMÍ (V. 22)

Sobre el carácter del campo. A Rut se le dice que Mejor es”. ¡Este es un buen campo! Era un campo probado (v. 17). Era un campo productivo (Capítulo 2). Era un campo prometedor (v. 21). Esto habla de la calidad del campo. El campo de la gracia en el que Jesús espera que permanezcamos es un campo del mejor carácter. Permanecer con él producirá el fruto a su imagen en nuestras vidas (Romanos 8:29). Espigar en cualquier otro campo conduce a la destrucción y a la muerte (Proverbios 16:25, “Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte”). El carácter del campo del Señor es que es un buen campo. Es el mejor campo. Porque aquellos que han espigado allí y probado su fruto, nunca pensarían en espigar en ningún otro lugar. Cuando podemos tener todo lo que Jesús ofrece, ¿por qué nos conformaríamos con otra cosa?

Sobre lo completo del campo. Rut encontró más que solo comida cuando estaba en el campo de Booz. Encontró paz, seguridad, esperanza, refrigerio, relaciones, esperanza, promesa, bondad y bendición (cfr. 2:9-17). Esto habla de la extensión del campo. Cuando usted espiga en el campo del Señor Jesús y determina que permanecerá allí durante los tiempos de abundancia, así como en los tiempos de escasez, encontrará que Su campo contiene todo lo que necesita para sustentarlo en todo momento. Él quiere que vayamos al lugar donde Jesús es todo lo que tenemos (Hebreos 13:5, “No te desampararé, ni te dejaré”). Cuando lleguemos al lugar donde Jesús es todo lo que tenemos, encontraremos que tenemos todo lo que queremos y todo lo que necesitamos. Él ofrece plenitud para todos aquellos que espigan en Su campo (Filipenses 4:11-13).

Sobre la compañía en el campo. Cuando Rut estaba espigando en el campo de Booz, no recibió sino benignidad de parte de los obreros (2:4-7, ¡la dejaron espigar!). También tuvo una buena relación con otras mujeres (2:8, 22, ¡no hubo conflicto!), y desde luego, tuvo una muy buena experiencia con Booz (2:7-18). Cuando aprendemos a permanecer en el campo del Señor, también tenemos el privilegio de entablar relaciones gloriosas. Primero, ¡está la relación con el pueblo de Dios! ¡Nuestra comunión es preciosa! Somos un cuerpo (1 Corintios 12:12-27). Tenemos comunión en la verdad (1 Juan 1:3). ¡Gracias a Dios por su pueblo! En segundo lugar, tenemos una relación con el Maestro, el Señor Jesucristo. Es una relación cercana (1 Juan 1:3, Juan 15:5). Es una relación permanente (Juan 6:37; Juan 14:16). ¡Las relaciones de su campo son preciosas más allá de las palabras!

RUT ESTÁ DISPUESTA A SEGUIR EN EL CAMPO (V. 23)

El de ella fue un trabajo continuo. Rut entraba en ese campo todos los días y espigaba fielmente hasta que terminaba la cosecha. ¡Eso es lo que Jesús espera que haga todo Su pueblo! ¡Él quiere que espiguemos fielmente en Su campo todos los días! Él querría que Su pueblo se dedicara, consagrara y espigara constantemente en Su campo, cumpliendo Su voluntad hasta que regrese (Efesios 2:8-10)

La de ella fue una obra completa. Fue firme y dedicada hasta que la obra estuvo terminada. El Señor quiere que Su pueblo continúe en Su trabajo de la cosecha hasta que Él termine toda la cosecha. Él está buscando a aquellos que inician bien, espigan bien y terminan bien. Quiero poder decir lo que dijo Pablo cuando llegó al fin del camino (2 Timoteo 4:6-8).

La de ella era una obra consagrada. Este versículo, al final nos dice que ella, “vivía con su suegra”. Era una viuda joven y hermosa. Ella llamó la atención de Booz, y probablemente llamó la atención de otros hombres en Belén. Aun así, caminó con integridad y mantuvo su pureza durante esos días difíciles y solitarios. ¡Esto dice mucho sobre el carácter de Rut! De buena gana se sometió al campo, al futuro, a su familia y a su nueva fe. Al hacerlo, nos da el ejemplo a usted y a mí. A medida que recolectamos, debemos ser fieles a hacer Su voluntad al pasar por este mundo.  También debemos caminar con integridad. Debemos mantener nuestras vidas limpias y agradables a los ojos del Señor para la gloria de Dios. Él quiere que Su pueblo sea santo (1 Pedro 1:16). ¡Hay muchos que necesitan presentarse ante Él y hacer un nuevo compromiso de espigar en Su voluntad, en el campo de la gracia hasta que termine la cosecha!

CONCLUSIÓN.

Rut se comprometió a quedarse en el campo de Booz. No vagó de un campo a otro, sino que se asentó y trabajó en los campos de la gracia. ¡Ojalá el pueblo de Dios pudiera tener una visión de esa verdad hoy! Demasiados del pueblo de Dios están vagando aquí y allá, rebuscando en este campo y luego en otro. Quiera Dios que simplemente determinemos en nuestro corazón que hemos terminado de jugar con eso y nos establezcamos para servirle y espigar en Su campo hasta que Él venga por nosotros.

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