(Rut 2:1-3). Hay tres personalidades principales que se presentan en el libro de Rut. Primero está Noemí. Ella es una imagen del creyente descarriado. En el capítulo uno, se nos muestra cómo se alejó del Señor y el terrible precio que pagó por su pecado. También nos muestra que, al final, regresó al lugar donde Dios quería que estuviese. Regresó al lugar de la bendición. Ella es una lección de esperanza para todos los que se han alejado de la voluntad de Dios.
Otra de las personas que encontramos en este libro, es un hombre llamado Booz. Este hombre es una imagen clara del Señor Jesucristo. Más adelante, y en futuros sermones estaremos hablando más acerca de él.
En tercer lugar, tenemos el personaje principal de esta historia. Es una joven gentil llamada Ruth. Ella, siendo de un país pagano, llegó a saber acerca del Dios verdadero. En este contexto, ella es una imagen del recién convertido. Del nuevo cristiano que apenas está comenzando a conocer y crecer en las cosas del Señor. El nuevo creyente, como Rut, están comenzando a experimentar las grandes y ricas bendiciones del Señor y su gloria.
Al observar las actividades de Rut en estos versículos, vemos a una mujer que está en busca de la gracia. Por eso, quiero señalar algunos elementos de su búsqueda. Mientras lo hago, quiero que sepan que estos elementos revelan cuál debería ser la meta y el enfoque de todo cristiano genuino. Echemos, pues, un vistazo a lo que hace Rut, mientras mantenemos el tema, “Buscando gracia”.
EL PROPÓSITO DE SU BÚSQUEDA (v. 2)
Buscaba comida: Rut quiere ir al campo y recoger “espigas”. Ella y Noemí necesitan comer. El principal objetivo de su búsqueda es encontrar alimento para el cuerpo.
Esta acción ilustra el deseo que nace en el corazón del hijo de Dios en la conversión. Existe un deseo de alimentarse cada día de la voluntad del Señor y aprender más acerca de él. Es como este sentir que leemos en Job 23:12, “Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida”. En Jeremías 15:16, también leemos: “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos”. El apóstol Pedro, en su 1 Pedro 2:2, también exhortó a los creyentes diciendo, “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis en la salvación”. Mis hermanos, participar de la Palabra de Dios es lo que causa el crecimiento necesario para fortalecer nuestra fe cada día.
Rut estaba buscando gracia. Ella dijo a Noemí, “Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia” (v. 2). Ella estaba buscando un propietario que se complaciera en aceptarla y le permitiera espigar en sus campos a pesar de su nacionalidad, y a pesar de su pasado. Y así, a pesar de quien era y de dónde venía, ella estaba buscando gracia.
Existen algunos creyentes que, debido a su pasado, o incluso debido a ciertos pecados que han cometido, no se sienten perdonados, no se sienten dignos de ser recibidos por el Señor. Sin embargo, si se han arrepentido de sus pecados, deben entender que el Señor no rechaza al corazón contrito y humillado. El problema con esa falta de paz en el corazón, es que creen que Dios es como ellos. Son ellos los que, si estuviesen en el lugar de Dios, difícilmente perdonarían a muchos. Creen que, así como ellos tienen altos estándares para perdonar, o incluso, tienen la política de no perdonar, así es Dios con los que se acercan a él para buscar perdón. Eso no es así. La sangre de Cristo sigue siendo eficaz para perdonar a quien se arrepiente de sus pecados, pero, si usted es uno de esos que tienen altos estándares para perdonar, o es de esos que definitivamente no perdonan, dice Cristo, “si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:15). Así que, seamos sabios, y aprovechemos la gracia de nuestro Padre celestial.
Rut buscaba la realización. Son interesantes las palabras de Rut cuando dijo, “Te ruego que me dejes ir” (v. 2). Estas palabras muestran la disposición que tenía Rut por ser de bendición para Noemí. Rut simplemente quiere servir, quiere ser de bendición para Noemí. Y ese es el espíritu de quien ha sido redimido por el Señor. Cuando una persona es perdonada por la gracia de Dios, responde con agradecimiento, haciendo algo para la gloria de Dios. Quiere servir, quiere ser útil en la obra del Señor. Este fue el deseo que tuvo el gadareno que fue liberado de los demonios que le atormentaban (Marcos 5:18-20)
LA PROVIDENCIA EN SU BÚSQUEDA (v. 3).
En la búsqueda hay un antiguo mandamiento de Dios involucrado. Rut fue a un campo y comenzó a espigar. Pero, ¿por qué se le permitió espigar allí? Bueno, fue precisamente por un antiguo mandamiento:
Dios había mandó tener cuidado de los pobres:
- “Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada. Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios” (Levítico 19:9-10).
- “Cuando siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos. Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las ramas que hayas dejado tras de ti; serán para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. Cuando vendimies tu viña, no rebuscarás tras de ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto; por tanto, yo te mando que hagas esto.” (Deuteronomio 24:19-22)
En el pasado, mucho tiempo antes de que Rut naciera, Dios ya había trabajo para su futuro, y así ella, siendo extranjera, como Noemí, siendo viuda, pudiesen tener de qué alimentarse. Lo mismo es cierto en la vida del cristiano. Nuestra posición actual en Jesús fue posible gracias al plan de salvación que Dios diseñó desde antes de la fundación del mundo. Así lo dijo el apóstol Pedro en 1 Pedro 1:18-19, diciendo que fuimos rescatados “con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo”. Todo lo que somos y tenemos en Cristo, es producto de la obra que nuestro Dios diseñó en el pasado, y por gracia ahora disfrutamos.
En la búsqueda está involucrada la soberanía de Dios. Cuando algunos leen este pasaje, quizás estén pensando que Rut ha tenido “buena suerte” en encontrar este campo y en todo lo que viene en su futuro. Pero no es suerte mis hermanos. Tampoco es “coincidencia”. Desde la perspectiva humana, pareciera que todo se trata de un accidente, de una coincidencia, pero, para Dios no existen las coincidencias. Fue su voluntad, fue su plan en acción. ¡Dios ya había decidido que habría una boda y un bebé para Rut! Ella no lo sabe, pero el Señor está permitiendo diversas circunstancias para que Rut esté en el lugar correcto, y en el momento correcto que cambiará radicalmente su vida.
Así como el Señor fue de bendición en la vida de Rut, él obra en cada una de nuestras vidas. No hay accidentes para Dios. Hay un plan ya diseñado, y ese plan dice que, si cualquier hombre vive conforme a su voluntad, entonces será bendecido y finalmente glorificado. Las palabras accidente, casualidad y coincidencia no existen en el diccionario de Dios. Él ha diseñado un plan para la humanidad, donde hay dos destinos, y ha trabajo mucho, ha hecho una gran inversión para que, todo aquel que quiera, goce con él por la eternidad. Por eso, como cristianos debemos tener confianza en la sabiduría de Dios. Él ha trabajo y por medio de su voluntad sigue activo en nuestras vidas para lograr la meta. Moldearnos conforme a la imagen de su hijo, y morar con él por la eternidad.
LA PERSONA EN SU BÚSQUEDA (v. 1)
Volvamos al versículo 1 de Rut, capítulo 2: “Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz”.
En su búsqueda, Rut estaba buscando comida, pero Dios estaba a punto de presentarle a un hombre. Ella fue a buscar alimento, pero Dios estaba a punto de darle una nueva familia. Así que, aunque Rut no lo sabe, y quizás no lo entiende bien ahora, este hombre llamado Booz es el verdadero objeto de su búsqueda. Noten lo que la Biblia nos dice acerca de este hombre:
Era un pariente. Este versículo nos dice que Booz era “un pariente” de Noemí. En otras palabras, este hombre era justo lo que necesitaba Rut. ¿Y por qué justamente este hombre? Bueno, porque este hombre era quien estaba calificado para realizar la función de “pariente redentor” de estas viudas. Esto lo dice Números 27:8-11. Es aquí donde vemos claramente que Booz, es una imagen de Jesucristo, nuestro redentor.
Booz era un hombre rico. El texto bíblico nos dice que era “hombre rico”. Esto significa que Booz poseía todos los recursos necesarios para llevar a cabo la tarea de redención. Jesucristo también es un hombre de recursos suficientes para llevar a cabo el plan de redención.
- Posee justicia perfecta (2 Corintios 5:21).
- Posee amor eterno por los caídos (Romanos 5:8)
- Posee gracia infinita, suficiente para salvar cualquier alma que se inclina ante Dios en fe y arrepentimiento (Efesios 2:8-9).(cfr. 1 Tim. 1: 12-17)
- Él completó el plan de Dios para la redención en su totalidad (Hebreos 10:11-14, 9:24-28); y ahora Dios está satisfecho (1 Juan 2:1) La salvación puede ser por gracia, ¡pero no fue barata! Aun así, ¡puedes ser salvo hoy si vienes a Jesús por fe!
Era un hombre respetado. Si leemos Rut 2:1, en la Biblia de Jerusalén, dice que Booz era “varón valiente”. Su nombre significa, “fuerza, agilidad, firmeza”. El caso es que, entre el pueblo de Israel, este hombre era muy respetado. Este es el hombre de quien se enamorará Rut, y se casará con él.
Una vez más, él es una imagen del Señor Jesucristo en el sentido de que Dios le ha dado a Jesús un Nombre exaltado (Filipenses 2:9-11). Los hombres pueden burlarse de Él y usar Su nombre como sinónimo de alguna grosería, o de admiración, pero en el Cielo, ese Nombre evoca adoración y celebración ¡Por supuesto, llegará el día en que recibirá el respeto que se merece de todos los hombres (Romanos 14:11) ¡Es mucho mejor hacerlo ahora que esperar hasta ese día!
CONCLUSIÓN.
Quiero concluir con tres preguntas.
- ¿Es usted salvo?
- Si es salvo, ¿puede decir honestamente que está creciendo en el Señor como debe ser? Es el mandato y el deseo de Dios que crezcamos (2 Pedro 3:18).
- ¿Tiene hambre de algo en su vida espiritual que no tiene en este momento? Si es así, está disponible en el Señor (Mateo 11:28). Dios tiene lo que cada uno de ustedes está buscando esta mañana si vienen a Él y lo obtienen. En él, y solamente en él, podemos encontrar la gracia que tanto necesitan nuestras almas.